La araña de seda.

Los Richardson cenaban por su aniversario. Cinthia lo miró a los ojos…, estaba embarazada. Tras la sorpresa inicial, la voz de Nicolás, pidiendo una botella de champán, se escuchó por todo el salón, provocando que los allí presentes se unieran a su brindis. Sólo un sorbo: la copa cayó, Nicolás también.

El bolso vibró, Cinthia, silenciosamente, se agachó, lo abrió; el móvil brillaba iluminando un frasco vacío. Leyó el mensaje reflejado en la pantalla: «¿Lo has hecho ya?».

Ignorándolo, triunfalmente, lo cerró.

Agneta Quill

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