Entre alas y mordiscos

“…Antes de comenzar mi historia, me gustaría avisarles queridos lectores: no se dejen engañar, no piensen que nuestro protagonista es la típica criatura con capa y colmillos, ¡ni muchísimo menos! Al contrario, aquel tipo peculiar de nombre Juan, durante el día era una persona normal, con un trabajo común, con una vida corriente…”

Helada decadencia.

El cadavérico glaciar se desgarra, sucumbiendo a los infernales vientos del Sur. La asfixia le ha despedazado, rasgándole a través de innumerables cicatrices: hediondas grietas por donde el insalubre mar vomita al exterior el fétido olor de años de contaminación. Su viaje no es solitario. Pedazos de marchito carámbano, extirpados y abandonados a la deriva, …