La alegría reinaba en la casa aquella mañana. Todos estábamos desayunando en la cocina, Mel, mi hija mayor, devoraba las tostadas con un hambre voraz. La miré detenidamente, era bellísima con el pelo dorado y los ojos azul cielo.
La hora feliz.
Como todas las noches, al sonar la campanilla y dar comienzo la hora feliz, la taberna Bierkrug vibraba con el rugido atronador de voces que demandaban su cuota de alcoho
Frío, oscuridad y silencio.
La oscuridad, el silencio le rodeaban. No conocía el lugar dónde se encontraba. Estaba perdido. Comenzó a faltarle el aire. El desconcierto de no saber que le tapaba la boca, qué le impedía respirar le estaba volviendo loco.
Aroma de magnolias
El café sabía horrible, como siempre, pero a Gloria no parecía importarle. Dentro de aquel Crown Victoria, no conseguía apartar la mirada de ella, hacía poco tiempo que éramos compañeros, de hecho, nunca olvidaría el día en el que el capitán me informó de que trabajarían juntos.
Filomena 2021
La nieve cada vez caía con más fuerza. Allí parado en la M-40, lo tuvo claro. Armándose de todo el valor que pudo encontrar en lo más profundo de su ser, salió a la carretera asumiendo que llegar a su destino iba a constituir un esfuerzo titánico.
Superviviente
El naranja nunca fue mi color. Allí, tumbada, con aquella aguja atravesándome el brazo, el único pensamiento era ése. Atrás quedaron mis manos manchadas de sangre, su sucio cuerpo, la culpa… La manecilla del reloj se movió, un minuto más y todo acabaría, la muerte recorrería mis vena
El resultado.
La sala era blanca, aséptica. Nunca me han gustado los hospitales. Mejor dicho, toda mi vida me han dado pavor los médicos.
Sonata para Dannan
El nudoso bastón sostenía su ya maltrecho cuerpo. Los siglos no habían pasado en vano, y cada hueso, cada articulación, día a día demandaban más su atención.
Aracnofobia
<< La puerta es barata. Es un hotelucho de carretera. Tantas habitaciones libres era una señal. No tenía que haberme alojado aquí. ¡Va a salir! Nada la va a detener.
El manzano (2ª parte)
—¿Quién osa perturbar la tranquilidad de este lugar? –una voz de ultratumba la hizo dar un brinco. —¿Qui… qui… quién eres? –la voz de muchacha temblaba por el miedo. —¿Qué quién soy? ¡Ja,ja,ja! Soy el guardián de este lugar. Aquí la cuestión es saber quién eres tú. —Yo…, yo…, soy Laura Federica López de Prado …