Reflejos a medianoche. Cap. V

“…—Para servirle. —Salió de detrás de la barra encendiéndose un cigarrillo. —Y antes de que me lo pregunte, sí, amigo del difunto Arthur Torrance. —le confesó con tono irónico mientras se servía un Old Fashioned. —¿Por dónde íbamos? Ah, sí. También tengo que confesarle que nos vimos la tarde de su asesinato en su casa, y discutimos. —Dio un largo sorbo a la bebida. —¿Alguna pregunta más?..”

Reflejos a medianoche. Cap. II

“…Cuando llegó a la puerta del salón encendió un cigarrillo. A través del humo, la etérea figura que estaba sentada en el sillón de terciopelo carmesí emanaba una belleza enigmática, de expresión apesadumbrada y asolado rostro. Su mirada, fija en algún punto del espacio, parecía trascender el presente, como si las mismas paredes pudieran susurrar las respuestas a sus preguntas silenciosas…”