Desde el árbol divisaba una fuente enmarcada en un bellísimo claro. Estaba en alerta. Escuchó el ruido de una rama romperse y tomó su varita mágica
La despedida
El bullicio del puerto se mezclaba con el aroma a salitre. Había sido una travesía larga, plagada de aventuras. La brújula siempre había señalado el norte, ayudándole a recorrer un planeta que agonizaba.
Cómo una pluma
Miro alrededor. Todo está igual. Encima de la mesa sigue la manzana mordida de la noche anterior. Junto a ella está mi móvil, mis pastillas y un libro que se quedó a medio leer.
Encantada de compartir…
Hoy comienzo una andadura diferente a la que he llevado hasta ahora. Me atrevo