El sol de julio se filtraba a través de los cortinajes del despacho del Duque de Wellesley, augurando un cálido día en el condado de Somerset. Tres golpes secos en la puerta de la estancia anunciaron la presencia del detective
Giro del destino
El cielo plomizo de noviembre la saludó cuando salió directa a recoger el correo de la mañana. Se arrebujó dentro de la bata, mientras que con la mano derecha acariciaba su ya incipiente tripa de embarazada. Cómo la apetecía un chocolate caliente, pensó mientras cerraba la puerta detrás de sí.
Frog
Un oscuro paraguas resguarda a la licenciosa batracia y a su dorada esfera de una cálida lluvia.
La gallinita ciega
“¡Estoy tan hambrienta!”
El sol primaveral de abril calentaba a todos en el jardín. Las rosas apenas habían abierto sus capullos, las margaritas se desperezaban buscando un rayo de luz, y la enredadera se curvaba cual serpiente buscando volver a la vida.
El caballito de juguete
La habitación era de color rosa. Nunca le había gustado ese color. Estaba abarrotada de juguetes
Dulce pecado
El caramelo de su carne me seduce, atrapándome con la promesa de su sabor. Cierro los ojos, intentado capturar en mi retina el sublime momento
Mi bella criatura
La alegría reinaba en la casa aquella mañana. Todos estábamos desayunando en la cocina, Mel, mi hija mayor, devoraba las tostadas con un hambre voraz. La miré detenidamente, era bellísima con el pelo dorado y los ojos azul cielo.
La hora feliz.
Como todas las noches, al sonar la campanilla y dar comienzo la hora feliz, la taberna Bierkrug vibraba con el rugido atronador de voces que demandaban su cuota de alcoho
Briseida: la brisa sobre el agua.
—¡Apresadla inmediatamente! ¡Ha asesinado al rey! —el rugido de la reina puso en movimiento a los guardias.
Frío, oscuridad y silencio.
La oscuridad, el silencio le rodeaban. No conocía el lugar dónde se encontraba. Estaba perdido. Comenzó a faltarle el aire. El desconcierto de no saber que le tapaba la boca, qué le impedía respirar le estaba volviendo loco.