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Destino: libertad
"...Atravesó sus plazas iluminadas, se perdió en los callejones oscuros, saboreó el color de las aceras, el bullicio que le envolvía a cada paso que daba. Sin apenas darse cuenta, la noche llegó a su fin, y sentado en el Malecón observó por última vez el cielo anaranjado de la Vieja Habana..."
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Dudosa puntería
"...El ave, o lo que fuera aquella cosa, estaba bañada en una salsa de color dudoso; a su alrededor, una amalgama de vegetales se mezclaba en una simetría cuestionable; el aroma que aquella herejía culinaria desprendía inundó la nariz del circunspecto hombre..."
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Vibrante silencio
"...Con determinación se giró, observó el marco, la imagen de ambos sonriendo…, lo puso boca abajo encima de su mesita. Cerró los ojos, dispuesta a dejar que los sonidos de la noche la envolvieran…"
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Gustos carnívoros.
"... Negro, frío, de cuero, profundo, mullido, acolchado… Rapaz apasionado, amalgama de sensaciones, ávido de risas, lágrimas, paz y angustia..."
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Ecos vitales
"...Sé que hablé y mi madre me escuchó. Quizás a través del líquido amniótico, del cordón umbilical..."
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Pasión oculta
"Durante un segundo se deleitó en los reflejos que producía el líquido rojo en los impolutos posavasos. —¿Por qué brindamos? —preguntó ella. —Porque sea una noche inolvidable. —contestó antes de dar un largo sorbo."
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Helada decadencia.
El cadavérico glaciar se desgarra, sucumbiendo a los infernales vientos del Sur. La asfixia le ha despedazado, rasgándole a través de innumerables cicatrices: hediondas grietas por donde el insalubre mar vomita al exterior el fétido olor de años de contaminación. Su viaje no es solitario. Pedazos de marchito carámbano, extirpados y abandonados a la deriva, escapan junto a él en su última travesía por ese emponzoñado océano que acabará corroyéndolos hasta el tuétano. Todos han desertado encabezados por un desolado…
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Pétalos voraces
"...Encarnaba la tentación —la anhelaba—, la destrucción —me consumía—. Femme fatale que ocultaba un veneno mortal —lo bebía—, planta carnívora que escondía la oscuridad de su naturaleza insaciable —me engullía..."
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Inocencia
"...Ojeó de nuevo las fotografías: el desayuno derramado en el suelo, el cuerpo de mujer cosido a puñaladas..."
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Una regla inquebrantable.
"...Todo se detuvo. Sorprendidos, perseguidos, acorralados. Primero, cayó la esclava; después, el soldado..."